Opinión

Cómo seleccionar al equipo

A menudo me preguntan por los criterios de contratación de nuestro equipo. Y por aquello de simplificar, suelo contestar que elegimos a buenas personas que sonrían, es decir, guapos. Alguno me mira extrañado porque piensa que no existe sensor capaz de detectar estas cualidades humanas en un CV o tras una breve entrevista de trabajo. Pero yo creo que sí y que unos minutos de conversación distendida y sincera bastan para notarlo. A partir de ese momento, es nuestra responsabilidad ser capaces de motivar a esa persona y entender su realidad emocional para lograr que sea feliz trabajando.

Nuestros trabajadores, además de guapos, sonríen y son inteligentes. Dejando claro que inteligente no es, ni mucho menos, el que más títulos universitarios acumula. Ser brillante en lengua o excelente en cálculo mental, aunque sean las habilidades más valoradas por el sistema educativo tradicional, no son suficientes para desenvolverse en la vida. Como dice el creador de la Teoría de las Inteligencias Múltiples, Howard Gardner, existen muchos tipos de inteligencia – musical, espacial, corporal, naturalista o inter e intrapersonal, para comprender a los demás y a nosotros mismos- y cada uno destaca por una u otra.

La inteligencia de una persona tiene mucho más que ver con sus sentimientos y con su comportamiento que con el expediente académico o con su CV

En esta misma línea, son muchos los expertos que atribuyen el éxito en la vida, no al cociente intelectual, sino a la capacidad que tengamos para gobernar nuestros estados de ánimos, hacer frente a los desafíos, canalizar el miedo o resolver conflictos.

Y es que la inteligencia de una persona tiene mucho más que ver con sus sentimientos y con su comportamiento que con el expediente académico o con su currículum vitae.