Opinión

Copia sin miedo

A innovar se puede aprender; hay métodos que nos pueden ayudar a hacerlo. En muchos casos, basta con plantearse las preguntas adecuadas, como qué valor generamos en nuestra empresa y para quién lo hacemos; cuáles son las necesidades que nuestros clientes quieren cubrir o qué nuevos productos o servicios podemos ofrecer. Sin embargo, sin descartar ese método socrático, yo defiendo una fórmula aún más eficaz que a mí me ha dado muy buenos resultados, la de prestar atención a los innovadores que actúan en nuestro entorno, sin tener miedo a copiarles. Porque nada es original. Toda creación tiene como base algo preexistente.

No hay que tener miedo a copiar, toda creación tiene como base algo preexistente

En lugar de pretender la originalidad a cualquier precio, lo más inteligente es despojarnos de prejuicios y aprender de quienes antes que nosotros han explorado ya el territorio en el que queremos adentrarnos o, al menos, han marcado la pauta para los que vendrán después. Así lo hicimos en Palibex, copiando productos y servicios de las compañías más avanzadas.

Si alguna vez has estado en nuestra empresa verás, por ejemplo, que las oficinas se parecen a las de un banco suizo o a las de una tienda de Apple, que el almacen se inspira en el layout propio de los fabricantes de automoción -especialmente japoneses como Toyota– o que los espacios comunes recuerdan a modernas tecnólogicas de Silicon Valley como Google o Facebook. Y podría señalar muchos ejemplos más. Fijándonos en las multinacionales del sector, sobre todo en las americanas como UPS o Fedex, estamos construyendo nuestra cultura corporativa; nuestro modelo de negocio lo copiamos de las grandes redes de paletería inglesas y basta ver nuestro logotipo para darse cuenta de que los líderes mundiales del transporte –UPS, TNT, DHL– también llevan en el suyo tres letras.

Ahora bien, si una empresa se propone modernizar el mercado debe hacer un pacto permanente con la innovación, que nunca es pasajera. Porque, a medio plazo, no hay mayor peligro que el éxito ya que, detrás de la consecución de los objetivos inicialmente marcados, acechan la inercia, la desmotivación y la rutina en los procesos.

Innovar es salir de la zona de confort. No podemos refugiarnos en lo que ya sabemos hacer y siempre ha funcionado

En un entorno de cambio tan acelerado y competitivo como el actual, la ausencia de creatividad y la incapacidad para generar nuevos retos se pueden pagar muy caro. Y no solo se trata de adaptarse a las innovaciones tecnológicas, aunque eso suponga un paso imprescindible en cualquier organización empresarial. También hay que cambiar la cultura corporativa, orientar todos sus recursos hacia una misma actitud, la de perder el temor a salir de la zona de confort, a no refugiarse en lo que ya sabemos hacer y siempre ha funcionado. Y, sobre todo, hay que estar dispuesto a asumir nuevos retos porque llegará un momento en el que no baste con aplicar los mismos esquemas mentales y habilidades que hasta ahora nos han garantizado el éxito.

Así he pensado siempre y, con el paso del tiempo y la experiencia de Palibex, estoy aún más convencido. Tras cinco años de trayectoria, lo que verdaderamente nos ha traído al momento en el que estamos es ese impulso por querer hacer las cosas de forma diferente y asumir nuevos retos que, en su momento, nos parecieron imposibles pero que, a la larga, han resultado ser solo hitos en un largo camino.

De cualquier experiencia que pone en juego nuestra creatividad debemos extraer conclusiones positivas

El temor a fracasar suele ser el principal obstáculo para alcanzar nuevas metas, pero el solo hecho de intentarlo habrá merecido la pena ya que, de cualquier experiencia en la que se pone en juego nuestra creatividad, se pueden obtener conclusiones positivas. Al menos, nos servirá para saber algo más sobre nosotros mismos y los que nos rodean porque siempre hay beneficios inesperados cuando se tensiona a una organización para extraer de ella todo su potencial.