Opinión

La vida es un baile

Ya casi se me había olvidado bailar. Sólo lo hago en días contados, normalmente en mi casa y rodeado de amigos. Pero aquella vez bailé solo. De repente, mis pies cobraron vida y comenzaron a moverse como los de Christopher Walken en ​Weapon Of Choice, con ese aplomo y ese dominio del tempo con que el actor recorre los espacios del hotel, demostrando que siempre es posible ir un poco más allá.

En esta foto de 2013 bailé para celebrar la firma de un acuerdo -chocante para algunos, incómodo para otros- con Tipsa, una gran empresa paquetera. Algo que hasta ese momento no había conseguido ninguna compañía de paletería y menos una como la nuestra, que acababa de echar los dientes.

Hoy ya no caminamos juntos pero mantenemos una muy buena relación. Y es que, para bailar bien con el otro, hay que saber acoplarse y no siempre es fácil conjugar el verbo.

Lo bueno que tiene tomarse la vida como un baile es que estás preparado para cuando la música cambia inesperadamente de ritmo. Que sabes disfrutar cuando pinchan tu canción favorita y que no dejas de moverte cuando no acaba de gustarte la melodía.